Las secuelas que provoca el Covid-19 o Sars-Cov2 conocidas como; Covid largo o persistente, corresponde a la condición crónica conocida como; disautonomía esto, de acuerdo a un estudio publicado en la revista biomédica de la Clínica de Investigación Autonómica, encabezada por el Dr. Mitchell Miglis; neurólogo de la Universidad de Stanford.
Así lo confirma un segundo estudio de la Sociedad Autonómica Americana dirigido por el cardiólogo; el Dr. Satish R. Raj, Director médico del Centro Autonómico de investigación y gestión y profesor de Ciencias Cardiacas de la Universidad de Calgary en Alberta, Canadá, en donde, el estudio señala reportes de diferentes pacientes procedentes de Estados Unidos, Reino Unido y Canadá con síntomas post covid que conducen a un diagnóstico del Síndrome de Taquicardia Postural Ortostática; POTS por sus siglas en Inglés y que corresponde a un tipo de disautonomía.
La disautonomía es una condición crónica de origen neurológico por la disfunción del Sistema Nervioso Autónomo; debido a alteraciones de comunicación nerviosa, ya que éste sistema se encarga de enviar y recibir señales a través de impulsos nerviosos; lo que permite regular las funciones involuntarias que el organismo realiza de manera automática para prevalecer el equilibrio interno u homeóstasis; por lo tanto, representa una falla total sistémica y orgánica.
Dentro de la literatura médica se expone que el Sistema Nervioso Autónomo está conformado por el encéfalo; centro de control donde se procesan, envían y reciben las instrucciones para que los órganos y sistemas realicen sus funciones de manera automática, así como la médula espinal y los nervios presentes en todo el cuerpo humano; los cuales, comunican a los órganos y sistemas las instrucciones y de ésta forma; el Sistema Nervioso Autónomo controla el 90% de las funciones involuntarias.
Imagen real del Sistema Nervioso
La lista de síntomas de la disautonomía es amplia, ya que causa: arritmias o variaciones extremas y opuestas de presión arterial y pulso cardiaco, sensación de opresión en el pecho, mareos, desmayos, fatiga, debilidad, náuseas, sudoración excesiva, vómitos, palidez, frío en brazos y piernas, insomnio, somnolencia permanente, dolores crónicos; de cabeza (migraña), musculares y articulares, problemas para respirar, digerir, regular la temperatura corporal, permanecer de pie, caminar largas distancias, entre muchos otros.
Pulso de 210 latidos por minuto de una paciente disautónoma
Hasta antes de la pandemia, el organismo Disautonomía Internacional estimaba que había 70 millones de disautónomos en el mundo, de entre los cuales; el 80% se relacionaba a casos de mujeres, mientras que el 20% restante a hombres. Por el universo tan extenso de pacientes con disautonomía alrededor del mundo, el organismo antes mencionado negó categóricamente que sea catalogada como enfermedad huérfana o rara y puntualizó que es raramente diagnosticada debido al amplio desconocimiento que prevalece sobre ella dentro de la comunidad médica.
Los especialistas que tratan la disautonomía son neurólogos clínicos, así como los cardiólogos que cuenten con una subespecialidad en arritmias, mejor conocidos como; cardiólogos electrofisiólogos y se diagnostica con la prueba de inclinación en mesa basculante o también llamada; tilt-test mediante la cual, se logra determinar el tipo al que corresponde de los 15 existentes.
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