El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció este jueves la destitución de su ministro de Salud, el médico Luiz Henrique Mandetta, con quien sostuvo varios choques por el manejo de la pandemia de covid-19.
La relación entre el presidente y el ahora exministro ya era mala de tiempo atrás, informó BBC Brasil, pero según interlocutores de ambos, se volvió insostenible el pasado domingo
Brasil es el país de América Latina que acumula más casos confirmados del nuevo coronavirus, más de 30.000 hasta este jueves, además de casi 2.000 muertes.
Los planes para afrontar la pandemia habían distanciado a Bolsonaro y Mandetta, pues el mandatario ha desestimado algunas medidas contra la pandemia como el distanciamiento social y el aislamiento.
En una entrevista en TV Globo, Mandetta dijo que esperaba que él y el presidente pudieran tener "un discurso único y unificado".
Luego del programa televisivo, Mandetta ya no tenía el apoyo del ala militar del Palacio de Planalto, que hasta ese momento había sido el garante de su permanencia en el cargo, indicó BBC Brasil.
"Esto (las diferencias entre ambos) lleva a los brasileños a la duda: no saben si escuchan al ministro de Salud, si escuchan al presidente o a quién escuchan", dijo Mandetta.
Tras la destitución, el médico agradeció a Bolsonaro el haberle confiado la cartera de Salud.
"La conversación que tuve con él fue extremadamente amigable, agradable. Pese a lo que puedo ofrecer, realmente es mejor para él organizar otro equipo", manifestó.
"Sé la dificultad, el peso de la dificultad, el peso de decidir cuándo la economía debería volver a la normalidad. El presidente es extremadamente humanista, piensa en el post-coronavirus en este momento", añadió.
Tensión
Además del tema del aislamiento social, Bolsonaro y Mandetta tampoco estuvieron de acuerdo en otro tema: el uso de cloroquina para tratar la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.
El presidente brasileño ha defendido el uso del medicamento e incluso recomendaba suministrarlo en los primeros síntomas de covid-19.
Pero el protocolo actual del Ministerio de Salud dice que el fármaco solo debe usarse en casos graves y con pacientes hospitalizados.
Bolsonaro y Mandetta se conocen desde hace años: los dos pasaron por la Cámara de Diputados en 2011 y sus oficinas estaban a solo unos metros el uno del otro.
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