Ciertamente es fácil analizar a un funcionario público en retrospectiva y evidenciar los errores que ha cometido. Sin duda todos estamos expuestos al escrutinio en mayor o menor medida. Sin embargo, cuando tu responsabilidad implica crear una estrategia frente una pandemia, se espera que al menos sus acciones tengan cierto grado de asertividad ya que de ellas depende no sólo la salud de la población mexicana, sino decisiones que pueden causar la muerte a los pacientes, la muerte de los profesionales de la salud, implicaciones de salud para los sobrevivientes, además de un costo enorme al sistema de salud.
Sin embargo, a diferencia de muchos responsables de la salud de sus países que no tuvieron oportunidad para diseñar un plan de acción preventivo y operativo, el caso del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud es distinto: Hugo López-Gatell Ramírez sí tuvo tiempo.
El 17 de noviembre del 2019 fue el primer caso reportado del Coronavirus en China. El 15 de diciembre ya había 27 infectados y fue aumentando en diciembre a 266 casos. El 1 de enero ya existían 381 casos. Se sabe que el 27 de diciembre el médico Zhang Jixian alertó a las autoridades de Hubei sobre la nueva enfermedad.
A mediados de enero López-Gatell comete un primer error en atención de la entonces posible epidemia: establece los lineamientos sobre los cuales los profesionales de la salud deben atender los presuntos casos de coronavirus, que en términos médicos se denomina “definiciones operacionales”.
En esta “definición operacional” se establece que además de los síntomas de un posible caso de coronavirus, el paciente debe haber tenido contacto con alguien que hubiera viajado a las zonas afectadas por el virus o haber tenido contacto con un paciente con tal característica.
Esto implicó que muchos posibles casos de coronavirus no hayan sido detectados con oportunidad, que el personal médico no haya activado los protocolos ya definidos como el uso de mascarillas, cubrebocas, aislamiento del paciente, desinfección de áreas, seguimiento a familiares, entre otras acciones.
Es así que para el 15 de marzo el primer paciente registrado por coronavirus en México -ya declarada pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) desde el 11 de marzo- ingresa al INER y no es diagnosticado con coronavirus porque pese a tener todos los síntomas, la “definición operacional” excluyó al paciente al no haber evidencia de contacto en otros países ni contacto con infectados.
Ese mismo día, China ya observaba 80,860 contagios. Italia mostraba 24,747, España 7,988 y Estados Unidos 3,484 contagios por Covid-19.Hugo López-Gattel no podía llamarse sorprendido cuando las cifras de contagio eran alarmantes en China; el 25 de enero registraba 1,975 contagiados en la región de Wuhan con una población de 11 millones de habitantes. Las autoridades chinas ya habían aplicado medidas inmediatas:La construcción de un hospital con 1,000 camas en un tiempo de seis días.
Se declaró cuarentena evitando que las personas salgan de la ciudad, deteniendo la circulación de trenes, ferris, autobuses y el metro.
Uso obligatorio de cubrebocas en lugares públicos. Se estima que entre 20 y 21 de enero se venden más de 80 millones de máscaras, seguramente algunas compradas a México.
El aeropuerto fue cerrado.
Se bloquearon los principales accesos de entrada y salida a la ciudad.
Se suspendieron todo tipo de tours y paseos turísticos.
De lo acontecido en China respecto a la pandemia por coronavirus Covid-19 se obtienen datos de la mayor importancia.
Tomas Pueyo, “el ingeniero de Silicon Valley más buscado para frenar el virus”, los narra en un artículo al alcance de todos publicado el 10 de marzo, fecha en que China contaba con 80,778 casos, Italia con 10,149, España 1,695, EUA 949 y México 7. Algunos de estos datos más relevantes son:Del día en que una persona es contagiada hasta que fallece pasan 17.3 días.
En función del rango de mortalidad sabemos cuántos contagios había. Es decir 1 fallecido por coronavirus (considerando el 1% de mortalidad por contagiados), significa que hace 17.3 días hubo 100 contagiados. Si el índice de mortalidad sube, también tendrían que subir el número de contagios.
En la fecha en que una persona fallece por Covid-19 significa que en esa misma fecha existen 800 contagios.
Los fallecidos por Covid-19 deben considerarse por regiones.
Al utilizar esta sencilla pero vital información se pudo haber previsto el desastre que vendría de no actuar con oportunidad dictando lineamientos generales para que la población ejecutara, así como verificación de las competencias de nuestro sistema de salud en términos de camas, insumos, material y personal médico, definiendo medidas de control de los viajeros de entrada a las ciudades, y un largo etcétera que incluiría desde el abastecimiento del sistema de salud de material de protección, hasta bolsas especiales para los cuerpos de quienes fallezcan.
López-Gatell prohibe el 3 de marzo que hospitales privados realicen las pruebas de Covid-19 para reiterar el 19 de marzo que dichas pruebas no tienen ninguna utilidad.
El 16 de marzo la OMS apela a que los países realicen pruebas de Covid-19 para evitar las muertes de niños. Ese día en China había 80,881 contagios, en Italia 27,980, en España 9,942, en EUA 4,434 y en México 53.
El 14 y 15 de marzo se permite el festival musical Vive Latino con una afluencia de 115,331 personas. La SEP anuncia que se suspenden las actividades escolares a partir del 20 de marzo, pero se anticipan los gobiernos de Guanajuato, Jalisco, Yucatán, Michoacán, Tamaulipas, Sonora, Nuevo León, Tlaxcala, Colima y Veracruz con suspensión de clases a partir del día 17.
El 24 de marzo Hugo López-Gatell presenta su propuesta de “Susana Distancia”. En esa fecha China contaba con 81,218 contagios, Italia 69,176, España 42,058, EUA 54,018 y México 367. Una semana después, el 29 de marzo Hugo López-Gattel urgiría a la población a quedarse en casa.
El 6 de abril el Gobierno de Jalisco informa que el propio subsecretario impide que lleguen las pruebas Covid-19 y se suman varios estados denunciando la poca o nula colaboración de parte de la Federación. A partir de ahí estados como Chihuahua, Coahuila, Tamaulipas, Jalisco y otros han tomado sus propias directrices frente a la pandemia.
Si alguna vez el sistema de salud estuvo desarticulado, hoy además está descabezado.El 14 de abril el subsecretario alerta la inminente entrada de México a la fase 3 porque el Covid-19 no va a parar. ¿A qué obedece esa alerta?
La tasa de mortalidad en México por Covid-19 es de 7% (China 4%, Italia 12%, España 10% y EUA 4%).En el día 46 de la pandemia por Covid-19 en México (13 de abril), China registró 80,735 contagios, Italia 105,792, España 95,923, EUA 189,967 y México con las pocas pruebas que ha realizado 5,014 personas contagiadas. El promedio de contagios de estos países en el día 46 (13 de abril) es de 118,104.25 casos.
Este es el escenario más alentador. Siguiendo con las directrices que en este artículo se establecen, para el 13 de abril existen 122 regiones (31 estados) con defunciones que multiplicados por 800 (factor por cada muerte), podemos estimar que existen a esta fecha 97,600 contagios.
A partir de esta estimación la tasa de mortalidad del 7% sería de 6,832 muertes.
En los próximos días serán hospitalizados 19,520 pacientes (20%), entrarán a cuidados intensivos 4,880 pacientes (5%), y requerirán equipos especializados 976 pacientes (1%).
El escenario más pesimista es a partir de los 5,014 casos confirmados que dan las autoridades. Ello multiplicado por 40 (factor utilizado en países que no han realizado las pruebas), da un total aproximado de 200,560 contagios al 13 de abril. Sin embargo, existen cálculos matemáticos que infieren que en países donde el aislamiento ha sido de menos del 50% de la población (no se usa cubrebocas en lugares públicos, no se identifican a los contagiados en sus primeras etapas, no se realizan suficientes pruebas para ubicar focos de contagio) el factor debe ser 100. De ahí que para México se estima en esa fecha contagios por el orden de 501,400. Si fuera éste el caso de México se podría esperar que el número de muertes ronde las 35,098 personas.Es muy preocupante que se sigan cometiendo errores; por eso me he tomado suficiente tiempo para analizar la información y escribir este documento con el ánimo de dimensionar lo que nos espera en México en las próximas semanas pues el aumento es exponencial y aún estamos lejos de alcanzar el punto más alto de la pandemia.
La solidaridad es la fuerza de nuestra Nación, hombro con hombro, sólo así podremos hacer frente a la más grande catástrofe que se haya vivido en nuestro país, y ésta nace y se alimenta de la confianza que percibimos de mujeres y hombres que toman las decisiones claves que afectan a nuestras familias.*Oscar David Hernández Carranza es presidente y fundador del Premio Nacional de Salud A.C., fue presidente de la Comisión Nacional de Seguridad Social y Salud de Coparmex (2012 a 2017) y previamente de la Comisión Nacional de Salud y Protección Contra Riesgos Sanitarios de Coparmex Metropolitano (2012).
Twitter: @oscardavidhc
El Economista
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