El reconocido periodista chileno Abraham Santibáñez tiene 81 años. Padece diabetes y debe suministrarse insulina.
Su edad y su condición de salud lo hacen formar parte del "grupo de riesgo" frente covid-19, que ya ha causado la muerte de más de 120.000 personas en el mundo.
A medida que la pandemia comienza a ganar terreno en América Latina, diversos países temen que la falta de recursos sanitarios -como respiradores artificiales o camas de cuidados intensivos- termine por generar una crisis sin precedentes, costándoles la vida a miles de personas en la región.
Ante este complejo escenario, Santibáñez tomó una difícil decisión: de contraer la enfermedad, renunciará a ser conectado a un respirador si con ello se puede salvar otra vida.
Aún más: a través de una carta publicada en el diario El Mercurio el miércoles 8 de abril, el periodista invitó a todos los chilenos mayores de 80 años a que se sumen a esta iniciativa.
“Tengo ganas de seguir viviendo y compartir todavía un tiempo más con mi familia y, muy especialmente, con mi nieta María Pía, que recién se asoma a la vida", escribió el periodista.
"Al mismo tiempo, sin embargo, no puedo ignorar que es muy posible que se llegue a un momento en que los médicos deban enfrentar un terrible dilema ético al tener que escoger a qué paciente apoyar con tratamientos intensivos", prosiguió.
"Para ayudar a resolver este dilema -agregó-, renuncio desde ya a ser conectado a un respirador artificial si con ello se puede salvar otra vida".
"Lo considero un deber de solidaridad y, junto con dar a conocer esta idea, invito a quienes piensan como yo a que se sumen a este esfuerzo", concluyó.
Su carta provocó un fuerte debate en Chile.
Hay quienes lo han apoyado públicamente, señalando que pasados los 80 años es un deber colaborar para salvar otras vidas.
Pero otros han interpretado su mensaje como una "presión mediática" basada en que las personas de edad avanzada "ya no sirven".
Fuente BBc
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